El camino es muy lindo. Plenos Yungas bolivianos, con tanto verde y un gran calor.
Salgo tarde de Coroico, pues paso la noche a mitad del camino
para Caranavi.
Paro en un pueblito olvidado por dios, Choro, donde, cuando
llego, un grupo de niñas y niños me
rodea al grito ‘’UNA GRINGA! UNA GRINGA!”. Por el cansancio, mi paciencia es
muy limitada. Con gran esfuerzo consigo suprimir mis instintos asesinos.
El dia después pedaleo lo que falta para llegar a Caranavi.
Un camino hermoso, sin ni un carro (que cosa maravillosa!) solo muchos obreros
que me convidan a comer, tomar (agua no mas para mi) y me llenan de preguntas.
En Caranavi hace calooor! Tanto calor! Justo lo que quería:
pasear por las calles de noche, con shorts!
Feliz y agradecida por este hermoso dia, duermo como una
piedra..
Mañana Coroico me espera de vuelta!
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